La leche de mis hijas

¡Por fin¡ el momento más esperado ha llegado, tener a tu bebé en tus brazos. Deseas iniciar el contacto piel a piel, del que tanto te han hablado o leíste, y claro también empezar con la lactancia para que tu bebé reciba tu leche y antes el preciado calostro. ¿Pero qué pasa? cuando estás a punto de comenzar, empiezan a llegar uno a uno a tu habitación tus familiares, amigos y conocidos a felicitarte por la llegada de tu bebé y tienes que absolver una y mil veces las mismas preguntas ¿cómo fue el parto?, ¿Cómo te sientes? ¿Cuántas horas tuviste contracciones?, ¿Fue cesárea, natural?, ¿cuánto pesa? ¿Y a quién se parece?, ¿Qué nombre le vas a poner?, etc, etc, etc, etc, etc, Y por supuesto todas y cada una con la sonrisa en los labios. Si bien es cierto es agradable recibir el reconocimiento de los que nos quieren y aman, y mostrar a nuestro hermoso recién nacido, pero la madre y también el padre, necesitan tener privacidad porque las primeras horas son momentos QUE NUNCA MAS