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Mostrando entradas de septiembre, 2012

¿Por qué no tengo leche?

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Esta es una pregunta que casi todas las mamás se han realizado en algún momento. Por ello hemos extraído unas líneas del libro “Mi niño no me come" del Dr. Carlos Gonzales donde nos responde esta pregunta, claro está, con su peculiar estilo de orientar a las mamás que han decidido amamantar. Veamos, ¿Qué puedo hacer para tener más leche? ¿Y para qué diablos quiere usted tener más leche? ¿Piensa poner una tienda? La preocupación de las madres por si tendrán suficiente leche es muy antigua: siglos atrás, cuando todo el mundo daba el pecho, ya había vírgenes y santos «especializados» en la buena leche, y hierbas y brebajes de sólido prestigio. Tal vez este temor provenga del desconocimiento. La gente creía que la cantidad de leche dependía de la madre: habría madres con mucha leche y otras con poca leche; madres con buena leche y otras con mala leche. En nuestro mundo acelerado hay cada vez más «mala leche», pero hoy sabemos que no es culpa de las madres.

Que NO DEBEMOS hacer cuando nos extraemos la leche en el trabajo

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Volver a laborar y continuar con la lactancia son totalmente compatibles. Sí, es cierto,  hay ciertas prácticas que ayudan a realizar una mejor extracción de la leche materna y otras que la complican, terminando por desalentar la decisión tomada y de manera paulatina acabar con la producción de tan preciado alimento. Bien, veamos entonces cuáles de esas malas prácticas posiblemente has realizado o estés realizando. Juntar la leche . “Es mejor aguantar todo el tiempo que pueda para extraerme la leche, de esta manera aseguro muchas más onzas”. Este es un error común que algunas mamás cometemos al dejar que los pechos “se llenen” para así asegurar extraernos una mayor cantidad de onzas. La extracción en el trabajo debe realizarse el mismo número de veces que tu bebé lactaba en casa, es decir aproximadamente cada 3 horas. Recordemos que cuando mantenemos los pechos llenos el mensaje que le damos a nuestro organismo es que no necesitamos leche, y en consecuencia, al ca

Los lactarios, un lugar digno donde extraerse la leche

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  Mis dos hijas tomaron leche materna hasta los 6 meses en forma exclusiva y hasta algo más de un año complementado con sus papillas. Para lograr esto, mi gran secreto fue extraerme la leche todos los días (desde los 4 meses tuve que hacerlo en mi trabajo) y  como lo dijo crudamente un conductor de radio “sentada en el wáter de la oficina”. Al principio fue bastante incomodo, estresante y muy angustiante. Escuchar los pasos de mis compañeros que se acercaban al baño y tocaban una y otra vez la puerta me ponía tensa. No me quedaba otra cosa que abrir el caño del  lavadero para que crean que estaba ocupada y dejen de insistir. Al cabo de  unas semanas logré organizar mis horarios en el trabajo y, aunque suene extraño o exagerado, descubrí que mis compañeros de trabajo tenían horas específicas a las que ingresaban al baño, eso me ayudaba a entrar con tranquilidad y no ser interrumpida. Más de una mujer ha pasado y pasa por esta lamentable situación. Y digo lamentable,