La leche de mis hijas

Sofía retorna al trabajo el lunes. Si bien ya organizó su horario para dar de lactar, el solo pensar que estará alejada de su bebé por más de ochos, sobre todo después de haber estado junto a él casi en exclusiva cada minuto, cada segundo, de sus cuatro meses de vida, la tiene triste, angustiada y apenada. Ella, encima, nos cuenta que su bebé no quiere tomar del biberón que contiene la leche que con mucho amor se ha extraído y además, que en los últimos días llora por todo y solo se calma cuando está en su pecho.   Esta es una situación que muchas mamás han o están pasando. La angustia se apodera de nosotras y no encontramos una explicación al cambio repentino de nuestro bebé. Pero, debemos tener en cuenta que no solo es la mamá que regresa al trabajo; sino es el bebé que no entiende por qué ya no escucha o percibe a mamá de manera constante, ya no la ve, ya no la huele, ya no la siente. Ahora, recibe la leche de mamá pero, sin el calor perfecto, sin la textura exacta pues lo